Es muy frecuente confundir la aceptación de la herencia con la partición (reparto) de los bienes hereditarios. Sin embargo, son actos totalmente diferentes, aunque estén relacionados entre sí.
La aceptación de la herencia es el acto voluntario y libre por el cual una persona llamada a una herencia manifiesta su voluntad de aceptarla. Es un acto individual y no precisa de la intervención de los demás coherederos.
Una vez aceptada la herencia, el llamado a la misma adquiere la condición de heredero, pero no de titular de bienes concretos de la masa sucesoral.
Una vez aceptada la herencia, el heredero entra a formar parte del patrimonio hereditario que está integrado por los bienes, derechos y deudas del causante.
La aceptación de la herencia no podrá hacerse en parte, a plazo, ni condicionalmente. Es decir, no puedes aceptar una parte de la herencia y rechazar otra (las deudas, por ejemplo).
Aceptar una herencia puede ser un proceso complejo y lleno de trámites legales en cualquier parte del mundo, y El Salvador no es una excepción. Si te encuentras en la posición de aceptar una herencia en este hermoso país, es importante estar informado y comprender los pasos necesarios para llevar a cabo el proceso de manera adecuada.